

Cuando de lograr un bien común se trata, el fracaso de unos cuantos ha de significar necesariamente la tristeza y el perjuicio de todos, de todos los bien nacidos al menos, entendiéndose por bien nacido aquel que no mantiene una actitud carroñera y no espera obtener rentabilidad del quebranto de esfuerzos ajenos.

Durante la pasada legislatura, el Partido Popular, desde el inicio de las gestiones por parte del PSOE con el objetivo de lograr el fin del terrorismo, fue poniendo trampas en el camino, hizo cuanto estaba en su mano por destruir el trabajo orientado a conseguir la Paz por temor a que otros obtuviesen el triunfo que ellos en su día también persiguieron. La gran diferencia es que en aquel entonces, el Grupo Conservador recibió el apoyo de la Oposición porque ésta, consideró mucho más importante alcanzar el fin de la violencia que cosechar réditos políticos. Pero ni por respeto ni por afán de acabar con el terror, no hubo razones que alentaran al PP para colaborar en el bien común y si un resentimiento infinito por haber perdido las elecciones de 2.004, así como una ambición por recuperar el poder por encima de cualquier otra consideración.




De estos, de los asesinos, poco podemos esperar, como no sea un debilitamiento basado en actuaciones policiales, ayudado por el rechazo mayoritario del Pueblo a sus actos y tal vez, porqué no, también por un cambio en su estructura interna que permita que la Organización terrorista sea más proclive al diálogo y a utilizar cauces democráticos para exponer y negociar sus demandas. Pero cuando se trata de un Partido Político parece una exigencia lícita el pedirle una actitud respetuosa y la colaboración o al menos, el no entorpecimiento de la gestión del Gobierno en este aspecto. Sin embargo, esta Formación conservadora no es capaz de renunciar a su estrategia mezquina; la rama más fundamentalista del PP apoyada por sus habituales fuerzas de choque: La COPE con Jiménez Losantos como abanderado en su intento de emponzoñar y enfrentar aún a costa de la mentira llevada a extremos grotescos, Libertad Digital, la AVT y demás, continúan por sus derroteros y es tal la ambición del PP por gobernar y tan grande su rencor por haber perdido las elecciones una vez más, que atendiendo a las declaraciones de algunos de estos personajes en las últimas horas, no cabe duda de que nos esperan otros cuatro años de ver como la gaviota popular, transformada en zopilote, sigue metiendo su cuello pelado en la carroña y buscando en el saqueo moral la credibilidad que no ha logrado obtener en las urnas.

Seguiremos desayunando cada día con periodistas y cenando con políticos que tratarán de convencernos de que el Sr. Zapatero cuando sale de La Moncloa se enfunda un capuchón y planea atentados. Yo sólo espero que la táctica ruin, interesada y fascistoide que emplea el Partido Popular como línea principal de su labor de oposición, así como los esperpénticos argumentos y miserables conclusiones con las que ciertos individuos tratan de intoxicar desde algunos medios y asociaciones, sirvan para afianzar y unir a los verdaderos demócratas en la lucha contra todo tipo de terrorismo, tanto el de las armas como el dialéctico, porque bienvenida sea la palabra expresada para rebatir, protestar o trasladar una demanda, pero sólo cuando se basa en verdades y no en falacias utilizadas con el único deseo de medrar aún a costa de engañar a toda una Sociedad con pleno conocimiento de estar haciéndolo.


No hay comentarios:
Publicar un comentario