¿No alimenta, acaso, el segundo, el espíritu que niega el primero? El ser humano se puede acercar a la religión por diversas razones: la fe, nada que objetar en este caso. La desesperanza, situación que conviene y mucho a ciertos poderes para distraer conciencias, amansar voluntades y entretener con quimeras futuras a quienes de otro modo les resultaría insoportable el presente. Y al fin, el miedo, un arma que la Iglesia oficial –que nada tiene que ver con esa otra que tantas heridas restaña en el Planeta – ha manejado con maestría a lo largo de muchos siglos.
He leído también duras críticas hacia Rodríguez Zapatero por no asistir a la misa con el Jefe del Estado Vaticano en España. Si no recuerdo mal, esa misma Constitución que no dudan en blandir los que nos hacen comulgar con realidades mucho más anchas que nuestras gargantas, es la que nos declara como una Nación con libertad de culto – lo que incluye no profesar ninguno – y una Ley Orgánica dictamina que “Ninguna religión tendrá carácter estatal”, lo que supongo también afecta al Presidente. ¿O no?
Y no olvidemos que la Guerra Civil, fue secundada en buena parte por el clero. A los otros, los religiosos contrarios al fascismo, ya se encargó el Caudillo de eliminarlos. Sí, lleva razón el Papa, hay similitudes, aunque no en el sentido que él pretende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario