lunes, 13 de junio de 2011

¿Quién teme al 15M?

Repugnante, es simplemente repugnante (aunque previsible) el comportamiento tan rastrero que en ciertos ámbitos están mostrando con respecto al Movimiento 15M, todo con la intención de desvirtuarlo y de avivar el rechazo de la sociedad después de comprobar que, siendo más que el humo que brota de una llama efímera - como confiaban en su inicio - no han podido subirse al carro para manejarlo a su antojo conduciéndolo a la destrucción y, de paso, mientras lo aniquilan, retratarse como progresistas y sinceramente preocupados por los males del sistema. Un sistema que saben - son hipócritas y codiciosos pero no ignorantes – está hecho por ellos y sólo para ellos, lo que indefectiblemente conlleva que el resto sean los parias que los alimentan.


Hemos podido escuchar verdaderas aberraciones: desde la Ppropaganda fascistoide de quienes pretenden vincularlos con ámbitos terroristas, aludiendo para ello a supuestas conexiones con BILDU - un grupo político legal, conviene no olvidarlo – hasta afirmar que estaban manejados por la misma formación política que, mira por donde, ha enviado a la Psoelicia para dispersarlos con argumentos escritos con sangre. No han faltado las menciones a la suciedad o al vandalismo, sólo les ha faltado echarles la culpa de E-coli.


Yo entiendo que montado el chiringuito del capitalismo con todos sus accesorios: banca, ley electoral, legislación laboral, código penal, Constitución, etc., a estas Barbies y Kents que habitan en su privilegiado gueto, les siente muy mal que un inmenso número de muñecos "antisistema" se acerquen hasta los muros de palacio para recordarles que no son tan ciegos, estúpidos ni mansos como para no ver, entender y rechazar esta farsa democrática que tanto tiene de Kratos y tan poco de Demos.

Y lo peor es que los políticos y periodistas (con el pseudo delante muchos de ellos) que participan en esa mascarada mezquina, en vez de mostrar al menos la valentía de confesar desde el primer instante – como realmente ha sido - que desprecian y temen a todos estos ciudadanos que, con un coraje y serenidad admirables, están haciéndo tambalearse la cúspide de una pirámide paradigma de la injusticia y de la desigualdad, son tan cínicos como para afirmar que en un principio compartían sus demandas, y tan miserables y ladinos como para hablar ahora de degeneración y descalabro de los "Indignados".

No mientan. Jamás han estado de acuerdo con ellos porque adivinaban que nada bueno traerían para esas prebendas que les convierten en casta favorecida. Y viendo que lo que realmente han naufragado son sus estrategias para apoderarse, comprar o malograr el 15M, ahora están haciendo lo único que les queda: echar mano de la mentira en un patético intento de salvar sus aforados culos. No, este Movimiento no ha fracasado, y la mejor muestra de ello es que necesitan de los micrófonos para difamarlos y de las porras para reducirlos. Allá ustedes. Sepan que tienen ante si una revolución recién nacida pero imparable, pacífica pero no sumisa, y sepan también que son demasiado pocos para silenciar a tantos.

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